La Vía Láctea
El mito que habla sobre el origen de nuestra galaxia es el mismo que le da el nombre de Vía Láctea. Para conocerlo debemos remontarnos hasta la Antigua Grecia, donde encontraremos a la Reina del Olimpo y esposa del Dios Zeus: Hera. Hera era la diosa del matrimonio y, al ser protectora de las esposas, su carácter era celoso, rencoroso y vengativo.
Sin embargo, esta mala fama era en parte culpa de su esposo Zeus, quien en su tiempo libre se dedicaba, no solo a cortejar a otras diosas, sino también a mujeres mortales. La afición de Zeus no hacía más que avergonzar y enfadar a Hera. De una de estas relaciones nació el famoso héroe Heracles (Hércules en la mitología romana) de la reina Alcmena, una mortal. Desde que Hera se enteró quiso perjudicar al niño, ya que era posible que llegase a ser un rey poderoso.
A pesar de que Heracles era un semi-dios, también era mortal, y la única manera de conseguir la vida eterna era beber la leche de Hera. A raíz de esta necesidad surgieron dos mitos:
La primera cuenta que Hermes, el mensajero de los dioses fue el encargado de esta tarea. Para ello llevó a Heracles hasta donde Hera yacía dormida y lo acercó a su seno. El bebé comenzó a mamar, Hera se despertó y viendo a el niño que tanto odiaba, lo apartó bruscamente. La leche siguió manando por el universo, dibujando la Vía Láctea.
Por otra parte, también se dice que Hera y Atenea paseaban por el campo cuando vieron a un niño hermoso descansando en la hierba. Atenta convenció a la Diosa de que diera de amamantar al bebé, pero desde que empezó a mamar, el niño mordió el seno de Hera. Así, ella se lo quitó de encima y su leche se esparció formando nuestra galaxia.
Sin embargo, esta mala fama era en parte culpa de su esposo Zeus, quien en su tiempo libre se dedicaba, no solo a cortejar a otras diosas, sino también a mujeres mortales. La afición de Zeus no hacía más que avergonzar y enfadar a Hera. De una de estas relaciones nació el famoso héroe Heracles (Hércules en la mitología romana) de la reina Alcmena, una mortal. Desde que Hera se enteró quiso perjudicar al niño, ya que era posible que llegase a ser un rey poderoso.
A pesar de que Heracles era un semi-dios, también era mortal, y la única manera de conseguir la vida eterna era beber la leche de Hera. A raíz de esta necesidad surgieron dos mitos:
La primera cuenta que Hermes, el mensajero de los dioses fue el encargado de esta tarea. Para ello llevó a Heracles hasta donde Hera yacía dormida y lo acercó a su seno. El bebé comenzó a mamar, Hera se despertó y viendo a el niño que tanto odiaba, lo apartó bruscamente. La leche siguió manando por el universo, dibujando la Vía Láctea.
Por otra parte, también se dice que Hera y Atenea paseaban por el campo cuando vieron a un niño hermoso descansando en la hierba. Atenta convenció a la Diosa de que diera de amamantar al bebé, pero desde que empezó a mamar, el niño mordió el seno de Hera. Así, ella se lo quitó de encima y su leche se esparció formando nuestra galaxia.
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| El nacimiento de la Vía Láctea, Rubens |

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